Da igual si eres el propietario de una vivienda de alquiler o el inquilino de una de ellas, es importante conocer los tipos de contrato de alquiler que existen en España. La legislación contempla varias tipologías de contratos y conviene conocer las particularidades de cada uno de ellos para poder elegir el que mejor se adapta a nuestra situación y propiedad para que no haya problemas.
¿En qué consiste un contrato de alquiler?
El contrato de alquiler se crea cuando el inquilino y el propietario de la vivienda llegan a acuerdo para que el primero viva en ella. Estos contratos se regulan mediante la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) y la información que incluye está relacionada con el inmueble y con las dos partes implicadas.
Dentro del contrato deben quedar claros algunos conceptos como el precio del alquiler, la duración del contrato o la fianza, entre muchos. En nuestro blog te damos los mejores consejos para preparar el contrato de alquiler perfecto.
Aunque hay opción de dejar constancia del acuerdo de forma verbal, se recomienda que quede por escrito para evitar que haya problemas en el futuro, además de que es la mejor forma de que queden establecidos los derechos y las obligaciones de ambas partes.
Tipos de contratos de alquileres
Los contratos de alquiler varían dependiendo del tipo de arrendamiento que se lleve a cabo y la duración del mismo. Los más habituales son los contratos de vivienda habitual, los de temporales o los turísticos, aunque hay otros tipos que viene bien conocer, los explicamos a continuación.
Contrato de alquiler de vivienda habitual
Los contratos de alquiler de vivienda habitual son los que más podemos encontrar actualmente. Gracias a ellos, el inquilino disfruta del inmueble del propietario a cambio de una renta mensual. Para que se considere una vivienda habitual, el inquilino tiene que estar en ella al menos dos años o también si puede demostrar que vive en ella la mayor parte del año.
Actualmente, los contratos de alquiler de vivienda habitual tienen una duración de hasta 5 años y se pueden prorrogar por 3 años más. Esto es aplicable a todos los contratos nuevos y a todos los contratos firmados desde el 6 de marzo de 2019, fecha en la que entró en vigor la última Ley de Arrendamientos Urbanos.
Contrato de alquiler temporal
Este tipo de contratos normalmente tienen una duración inferior a un año y su característica principal es que no se trata de la vivienda habitual del inquilino. Los contratos de alquiler temporal se suelen utilizar para estudiantes o estancias por motivos profesionales. Aunque suelen tener una duración suele ser corta, se puede prolongar el tiempo que las partes quieran y está exento de IVA.
Contrato de alquiler turístico
Estos contratos se firman para estancias con propósitos vacacionales. Los contratos de alquiler turístico están sujetos a IVA en caso de que el arrendador ofrezca servicios propios de la industria hostelera como limpieza o desayunos. La duración de estos contratos no puede ser de más de 31 días.
Contrato de alquiler con opción a compra
En el contrato de alquiler con opción a compra el inquilino tiene la opción de comprar la vivienda al terminar el contrato. Permite que lo que el inquilino ha pagado de alquiler sea considerado como un adelanto y se reste del precio de compra final. Puedes ampliar información sobre cómo funciona el alquiler con opción a compra en nuestro blog.
Contrato de alquiler social
Este tipo de contrato se aplica a las viviendas ofrecidas por el Gobierno a un precio reducido y se destina a familias que se encuentran en riesgo de exclusión social. Los contratos de alquiler social tienen una duración de 2 años, pero puede prorrogarse si el inquilino sigue cumpliendo los requisitos establecidos por el Gobierno.
Contrato de alquiler comercial
Estos contratos son aquellos en los que se cede el uso y disfrute de un espacio comercial para una actividad económica.
Contrato de alquiler por habitaciones
Lo que se establece en este tipo de contratos es el derecho a usar una habitación por un tiempo determinado y se comparten con los otros inquilinos el resto de las zonas comunes de la vivienda, como la cocina, los baños o el salón.
Contrato de alquiler de finca rústica
En estos contratos se ceden una o varias fincas rústicas, o parte de ellas, para que se puedan aprovechar de forma agrícola, ganadera o forestal a cambio de un pago o renta mensual. Mientras tanto, el arrendatario puede quedarse con el total de los beneficios extraídos de la actividad agrícola o ganadera que se desarrolla en la finca.
Contrato de renta antigua
Por ley, los contratos de renta antigua ya no existen, pero hay muchos que siguen vigentes actualmente. Se trata de los contratos firmados entre los años 1950 y 1985 donde se permitía al inquilino el acceso a la vivienda de por vida. Para conocer más sobre cómo funcionan los contratos de renta antigua, en nuestro blog tienes toda la información.
Ahora que ya conoces los tipos de contratos de alquiler que existen en España, sea cual sea la elección que hagas, es importante llevar una buena gestión de alquiler y con homming se vuelve más sencillo. Gracias a nuestro software, podrás llevar un completo control de los gastos, los ingresos y centralizar todo en un mismo lugar. Todo esto y mucho más es lo que nuestro software de gestión del alquiler puede ofrecerte. Si quieres conocer un poco más cómo funciona, ponte en contacto con nosotros y empieza a probarlo de forma gratuita.