Cuando nos mudamos a un piso de alquiler o nos convertimos en propietarios de una vivienda y decidimos alquilarla, uno de los temas que más preocupan es el pago del alquiler. Aunque suena simple, lo cierto es que puede haber muchas dudas al respecto.
No te preocupes, aquí estamos para aclararlo todo y ayudarte a gestionar este proceso de la manera más sencilla y eficiente posible. Ya seas un inquilino o un propietario, te interesa tener claro el proceso para que no haya sorpresas desagradables. ¡Vamos al lío!
¿Qué dice la ley sobre el pago del alquiler?
Antes de hablar de métodos, lo primero es saber qué dice la ley. En España, el pago del alquiler está regulado por la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU). Según esta normativa, el inquilino tiene la obligación de pagar la renta acordada en el contrato de alquiler, generalmente de manera mensual, salvo que ambas partes decidan hacerlo de otra manera.
El pago suele hacerse dentro de los siete primeros días del mes, aunque esto puede variar según lo pactado en el contrato. Es importante que tanto arrendador como arrendatario tengan claras estas condiciones para evitar malentendidos.
Si el contrato no especifica nada, la forma más habitual es que el pago se realice mediante transferencia bancaria. Pero, como veremos a continuación, hay más formas de cumplir con este requisito.
Las formas más comunes para el pago del alquiler
A la hora de hacer el pago del alquiler, existen varias opciones y cada una tiene sus ventajas y desventajas, por eso es importante que tanto el inquilino como el propietario estén de acuerdo en cuál utilizar.
Pagar en efectivo
El pago en efectivo es la opción más tradicional, aunque hoy en día está en desuso. Consiste, básicamente, en entregar la cantidad pactada en mano al propietario, quien debe entregar un recibo como comprobante.
Pros:
- Rápido y sencillo.
- No requiere de intermediarios ni bancos.
Contras:
- No es el método más seguro, ya que manejar grandes cantidades de dinero en efectivo siempre supone un riesgo.
- Puede generar problemas si no se entrega un recibo como justificante del pago.
- A partir de 1.000 € no se puede pagar en efectivo en España por ley debido a la lucha contra el fraude.
Pagar por transferencia bancaria
La opción más habitual y segura. Se realiza una transferencia desde la cuenta bancaria del inquilino a la del propietario, y queda registro tanto en el banco del emisor como en el del receptor.
Pros:
- Seguro y cómodo. Ambos tienen un comprobante de pago que se puede consultar fácilmente.
- Permite gestionar el pago desde cualquier lugar, incluso online.
Contras:
- Puede tardar entre 24 y 48 horas en aparecer en la cuenta del arrendador.
- En algunos casos, las transferencias pueden conllevar comisiones bancarias (aunque en España esto es raro).
Domiciliar el pago en el banco
La domiciliación bancaria es otra opción cómoda, especialmente para quienes prefieren no preocuparse cada mes de hacer el pago. En este caso, el propietario tiene la capacidad de cargar la renta directamente en la cuenta del inquilino.
Pros:
- Automatiza el proceso, asegurando que el pago se realice a tiempo.
- Es cómodo tanto para el inquilino como para el propietario, ya que no hay que preocuparse de recordar la fecha.
Contras:
- Puede dar problemas si el inquilino no tiene suficiente saldo en la cuenta, lo que generará un rechazo del pago.
- Requiere mayor confianza entre ambas partes, ya que el propietario tiene acceso a cargar dinero directamente en la cuenta del inquilino.
¿Cómo hacer correctamente el pago del alquiler?
Sea cual sea el método elegido para pagar el alquiler, hay algunos aspectos que tener siempre en cuenta para que todo fluya sin inconvenientes.
- Conocer la fecha del pago: Asegúrate de saber qué día debes realizar el pago. Lo habitual es que sea durante los primeros siete días del mes, pero revisa tu contrato para estar seguro.
- Documento justificante del pago: Tanto si pagas en efectivo como por transferencia, siempre es importante contar con un justificante. Este documento es tu garantía en caso de que surja algún malentendido.
- Tener saldo en la cuenta: Si optas por la domiciliación bancaria o la transferencia, asegúrate de que tienes saldo suficiente en tu cuenta para evitar retrasos o problemas con el banco.
- Mantener una comunicación clara: Si alguna vez vas a retrasarte en el pago, es crucial que se lo comuniques al propietario lo antes posible para evitar tensiones.
¿Qué hacer si hay un retraso en el pago del alquiler?
Nadie está libre de sufrir un contratiempo que retrase el pago del alquiler. Tanto arrendador como arrendatario deben saber cómo actuar en estos casos para gestionar la situación de la mejor manera.
- Para el arrendatario: Si sabes que no podrás pagar el alquiler a tiempo, lo mejor es hablar con el propietario cuanto antes y explicar la situación. La mayoría de los propietarios prefieren la honestidad y pueden estar dispuestos a llegar a un acuerdo temporal.
- Para el arrendador: Si el inquilino se retrasa en el pago, lo primero es enviarle un recordatorio amistoso. En caso de que el retraso se prolongue y el inquilino no muestre señales de querer solucionar el problema, la Ley de Arrendamientos Urbanos permite iniciar un proceso de desahucio por impago.
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¿Cómo supervisar y estar al día de los pagos del alquiler?
El pago del alquiler es un tema crucial en cualquier relación arrendataria, y gestionarlo de manera adecuada puede evitar muchos problemas a largo plazo. Ya seas inquilino o propietario, asegurarse de cumplir con las fechas de pago, elegir la forma más cómoda y estar siempre comunicado es la clave para mantener una buena relación entre ambas partes.
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